Scott Skiles, entrenador de los Bucks de Milwaukee |
El actual entrenador de los
Bucks de Milwaukee, Scott Skiles, se viste todas las noches con un traje de
oficinista que oculta las habilidades que en su época como jugador lo llevaron
a registrar una de las grandes hazañas en la NBA. Ante las cámaras de
televisión, el ex base de los Magic de Orlando refleja una imagen de ejecutivo de
Walt Street cuya jornada laborar comienza a las nueve de la mañana y culmina
cuando el reloj marca las cinco de la tarde.
Esa primera impresión que se
percibe de la figura del otrora estudiante de la Universidad de Michigan, dista
mucho de lo que mostró en el tabloncillo. Skiles, quien jugó en el llamado mejor
baloncesto del mundo desde 1986 hasta 1996, dejó una huella imborrable. El 30
de diciembre de 1990, en plena víspera de Año Nuevo, Scott repartió 30
asistencias en el encuentro en el que Orlando venció a los Nugetts de Denver 155 a
116.
En ese desafío, la vigésima
segunda escogencia del draft de 1986 anotó, además, 22 puntos. Es decir, estuvo
involucrado como mínimo en 82 de los 155 tantos que convirtieron los Magic esa
noche. En otras palabras, participó en 53 por ciento de las canastas que
encestó su equipo en el viejo Orlando Arena. Una verdadera clínica de cómo
jugar este deporte en conjunto.
Scott Skiles en su etapa como jugador |
John Stockton, máximo
pasador en la historia de la NBA, jamás pudo alcanzar las tres decenas de
asistencias en un partido. Earvin "Magic" Johnson, otro magnífico piloto, sólo contabilizó 24 en un enfrentamiento. Jason Kidd, por su parte, tuvo que conformarse con sumar 25 habilitaciones.
Los datos que le referimos únicamente exaltan la actuación de Skiles la Navidad de 1990, que podrá explicarle
perfectamente a sus dirigidos cómo practicar baloncesto generosamente. Tendrá
la prueba de que él no se olvidó de encontrar al compañero más desmarcado para
tirar la pelota al aro, uno de los fundamentos básicos de esta disciplina.