La travesía de Earl Monroe
hacia la NBA comenzó en los suburbios de Filadelfia. La cuidad de la gloria independentista forjó los
cimientos de la carrera de este atleta, cuyo estreno en la liga se oficializó en
la temporada 1967-1968 con los Bullets de Baltimore. En su campaña inicial, el
joven de 23 años se adjudicó el premio de Novato del Año y, además, el nombre
con el que se distinguiría del resto sus colegas: La Perla.
Monroe, a quien también
apodaron El Jesús Negro, se destacó durante cinco zafras con los Bullets, pero los Knicks de Nueva York lo requerían para ganar su segundo campeonato y lo
adquirieron en 1971. En el Madison Square Garden se unió a Walt Fraizer y
conformaron una dúo de armadores descomunal. El rédito de esta alianza lo
obtuvieron los Knicks en 1973 cuando festejaron su segundo y último título.
Earl se retiró en 1980,
luego de una lesión en la rodilla que le impidió brillar con la naturalidad que
lo caracterizaba. En 1996, el famoso número 15 pasó a conformar la lista de los
50 mejores jugadores en la historia del circuito.